JOSHUA BELL, EL FAMOSO VIOLINISTA
En la estación de metro de Washington... un violinista interpretó seis piezas de Bach durante una hora.
En ese periodo de tiempo alrededor de unas 1.900 personas pasaron a su alrededor.
A continuación se detalla lo ocurrido:
- En el minuto 3 un hombre de mediana edad se detiene unos segundos y acto seguido continua su rumbo.
- En el minuto 7 el violinista recibe su primer dolar de una señora que no se detuvo ni siquiera a escucharlo.
- En el minuto 13 un joven se detiene a escucharlo pero cuando mira su reloj sale apresurado.
- En el minuto 23, un niño pequeño se detuvo a observar al músico, pero su madre le tiró del brazo a toda prisa. Lo mismo ocurrió con otros niños y sus padres continuaron con su recorrido.
- Cuando el músico llevaba una hora tocando, dio por terminada su interpretación.
En ese tiempo sólo 6 personas se detuvieron a escucharlo y recogió un total de 32 dólares.
Nadie lo aplaudió al finalizar, sólo una señora sorprendida le había reconocido...
El violinista vestido de forma poco llamativa, era Joshua Bell, considerado uno de los mejores violinistas del mundo, quién interpretó en aquel lugar una de las piezas más complejas jamas escritas, con un violín de 3,5 millones de dólares…
Joshua, dos días antes, había agotado todas las entradas a un teatro de Boston, con un coste de 100 dólares por persona, que deseaban escucharlo tocar (las mismas piezas que interpretó en el metro).Aunque curiosa... la historia de Bell es real y fue un experimento social organizado por el periódico Washington Post, sobre la percepción, el gusto y las prioridades de las personas.
Algunas preguntas planteadas por el experimento, que siguen vigentes son:
- ¿Percibimos la belleza en un lugar común?
- ¿Podemos reconocer el talento en un contexto inesperado?
- Si pasamos de largo ante uno de los mejores músicos del planeta y la más hermosa música... ¿Cuantas otras cosas bellas nos hemos perdido por seguir una rutina diaria?
